Crema de calabaza y castañas

Ya vamos notando el descenso de la temperatura, la humedad, el viento… el otoño ha irrumpido en nuestras vidas y no debemos esperar más para adeucar nuestra alimentación a la nueva estación. Para empezar te proponemos una crema de calabaza y castañas, que te ayudará a templar tu cuerpo mientras disfrutas de su rico sabor.

 

 

 

 

Ingredientes:

– 500 g de calabaza pelada

– 200 g de castañas hervidas y sin piel

– 1 cebolla mediana cortada

– Aceite de oliva de primera presión en frío

– Sal, jengibre, canela

– Opcional: un chorro de nata de soja o de leche

 

 

 

Preparación:

– Saltear las cebollas en el aceite

– Agregar la calabaza, las castañas y los condimentos

– Cubrir con agua y dejar cocinar lentamente

– Cuando todo esté cocido batir bien con hasta tener una crema muy fina

– Se puede agregar un chorro de nata de soja o leche para hacerlo más suave

 

Sorprende a tus invitados con un rico pastel de polenta y seitán

El seitán es el alimento vegetal con mayor aporte de proteínas, siendo conocido como la carne vegetal, tanto por su apariencia similar a la carne como por su contenido en este nutriente. Se prepara de forma similar a la carne, bien a la plancha o frito o bien en guisos, y su ventaja es que no aporta grasa ni colesterol.

 

A continuación te sugerimos una rica y nutritiva receta con la que sorprenderás a tus invitados y familiares:

 

– Ingredientes:

1 taza de polenta

4 tazas de caldo o agua aromatizada con hierbas y sal

200 g de seitan en cuadraditos pequeñitos

2 cebollas medianas picadas

1 pimiento rojo picado

2 dientes pequeños de ajo picados

1 taza grande de tomate de bote biológico

1 bote pequeño de maíz biológico

Sal, pimienta, pimentón, comino

Aceite de oliva de primera presión en frío

Queso rallado

 

– Preparación:

Poner a hervir 2 tazas del líquido elegido (caldo o agua)

Colocar la polenta en un cuenco y verter sobre ella las 2 tazas restantes de líquido. Sólo mojar un par de minutos para separar bien los granos. Esto ayudará a que la polenta no se agrume al hervir

Cuando el agua hierva echar la polenta, mezclando bien

Durante la cocción es conveniente revolver sin interrupción para que quede bien cremosa y no se formen grumos.

Saltear las cebollas, el pimiento y los ajos

Agregar el seitán y los condimentos y dejar unos minutos

Añadir el tomate y el maíz y dejar que espese un poco la preparación

Poner en una fuente de horno una capa de polenta, luego una de seitán y otra de polenta

Esparcir por arriba queso rallado y poner a gratinar en el horno

De no poner queso se pueden esparcir semillas de sésamo

 

 

Alimentación natural, clave para preservar tu salud y la del medio ambiente

La salud es el bien más preciado que tenemos, pero a menudo nos olvidamos que este tesoro está influenciado por nuestro estilo de vida y por la manera que cuidamos nuestro cuerpo.

Ayudar al organismo a realizar sus procesos curativos sin agredirlo es una forma cuidarlo. Esto lo podemos conseguir con tratamientos naturales, que son aquellos que siguen el camino por el que cura la naturaleza. Por ejemplo, en una infección potencian las defensas con plantas medicinales, oligoterapia catalítica, alimentos específicos, etc. Además, utilizan remedios para limpiar el terreno, por ejemplo, vahos para limpiar los pulmones, lavados nasales, lavativas intestinales…Y si hay fiebre alta, en lugar de cortarla, la controlan con compresas frescas y otros sencillos remedios.

Por otra parte, cuanta más vitalidad tiene el organismo, mejor preparado está para hacer frente a los agentes que lo enferman. Una de las mejores herramientas para estar más vital y prevenir las enfermedades es una alimentación sana e inteligente.

Para llevar una alimentación sana, lo primero es evitar los alimentos que más nos perjudican: refinados (azúcar, cereales, aceites, sal), aceites sometidos a altas temperaturas, lácteos, estimulantes como el café y alimentos muy manipulados y transformados por la industria alimentaria.

La dieta debe estar basada en alimentos de buena calidad (integrales y ecológicos), de la zona y de temporada. La alimentación debe estar basada en cereales integrales, verduras y hortalizas, frutas y legumbres, además de aceites de buena calidad, semillas y frutos secos y una pequeña cantidad de alimentos de origen animal (siempre de buena calidad).

Además, para llevar una dieta equilibrada no pueden faltar los nutrientes esenciales: ácidos grasos omega 3 (pescado y semillas de lino) y omega 6 (frutos secos y semillas), vitaminas y minerales. Además, no debe faltar ningún aminoácido esencial para formar las proteínas corporales.

La dieta debe adaptarse al clima, a la actividad física, a la capacidad digestiva y al estado de cada uno. Por ejemplo, si nos sentimos fríos o estamos resfriados, comeremos más cereales, coceremos las verduras y disminuiremos las frutas y ensaladas. Si por el contrario, nos sentimos muy calientes por haber realizado un ejercicio intenso, porque hace calor o porque estamos congestionados, comeremos más ensaladas y frutas, y reduciremos los alimentos de origen animal.

La mejor dieta para la salud personal y para la salud medioambiental está basada en los productos tradicionales, ecológicos, frescos, cocinados debidamente y, al menos, las hortalizas y frutas de temporada y locales.

 

Olga Cuevas, escritora y especialista en Nutrición

www.rogerdelauria.com