Si tu niño/a se rasca mucho, tiene eccemas en la piel, mucha sequedad y le cuesta conciliar el sueño sobre todo por la noche, puede estar padeciendo dermatitis atópica. Este problema de la piel es muy frecuente en niños y bebés, lo que trae de cabeza a los padres que ven a sus hijos sufrir los molestos síntomas. Pero gracias a la sabiduría de la naturaleza podemos ayudarles a suavizar estas manifestaciones, con sustancias como los ácidos grasos, los copos de avena o el aceite de caléndula.
La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria de la piel que se manifiesta sobre todo en los niños menores de 10 años. Se manifiesta en forma de eccemas la cara y el cuero cabelludo, así como en la zona de las rodillas cuando el pequeño comienza a gatear. Precisamente por esa condición de enfermedad inflamatoria, los ácidos grasos omega 3 y 6 presente en alimentos como el aceite de lino, el salmón, las borrajas, etc. favorecen la mejora de este problema ya que ejercen una función antiinflamatoria.
Cuando la fuente alimentaria no es suficiente, puedes recurrir a complementos ricos en estos ácidos grasos esenciales como puede ser el Aceite de Onagra, rico en Ácido Gammalinoleico (GLA) de la serie omega 6, o el Omega 3, extraído del aceite de salmón rico en EPA y DHA. Ambos productos están especialmente recomendados en casos de inflamaciones de la piel, psoriasis y dermatitis.
Desde el punto de vita tópico, nuestro mejor aliado será la avena, un cereal que está presente en numerosos cosméticos por sus propiedades emolientes y calmantes de la piel. Para este fin se utilizan los copos de avena en forma de cataplasma sobre las zonas más dañadas, o bien compresas frías con el líquido resultante de infusionar los copos de avena. También puedes incluir en la dieta de tu pequeño este cereal ya que su contenido en vitamina B mejora el sistema nervioso.
Otro producto imprescindible para los síntomas de la dermatitis es el aceite de caléndula, muy frecuente en cremas y lociones infantiles. La caléndula es una flor con propiedades antiinflamatorias, astringentes y antisépticas sobre la piel, así como suavizante y emoliente. A la vez el aceite que se obtiene de la maceración de esta flor es regenerador y muy nutritivo, combatiendo la sequedad excesiva que se produce en estos casos.
De forma que si ves en tu pequeño los primeros síntomas de la dermatitis acude a su médico y ten a mano estos productos naturales para cuidar y calmar su delicada piel.